Pequeños toques hacen grandes rasgos.

jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Soy más libre si controlo mis emociones? Rafael Falcón.

 ¿Cómo soy más libre? ¿En el momento en el que me dejo guiar por mis sentimientos, y mis acciones no son más que impulsos? ¿O cuando premedito mis acciones, y me guío por el conocimiento y los distintos “pros” y “contras” que mis acciones pueden tener?

A mi criterio, creo que soy más libre cuando controlo mis emociones.
Creo que soy más libre cuando las controlo, porque al tener poder sobre ellas, y poder recapacitar, conozco todas las opciones que tengo.

La libertad, no es otra cosa que el poder que tiene el ser humano para obrar por su propia voluntad, responsabilizándose de sus propios actos. Por ello, cuando nos dejamos llevar por las emociones, como puede ser la ira, el odio o el amor, no barajamos todas nuestras oportunidades. Las emociones, conllevan reacciones tanto físicas como psicológicas.

Un ejemplo claro de ello, es la ira. Cuando alguien nos enfada la emoción que sentimos en ese momento es la ira. El deseo de decir “cuatro cosas bien dichas” a esa persona, o incluso agredirla. Pero ¿somos por ello más libres? Creo que somos más libres si esa ira la controlamos, y pensamos que existen varias posibilidades. Que podemos encararnos con esa persona, pero también podemos hacer como que no hemos oído nada, podemos aguantarnos, o simplemente podemos relajarnos y razonar con la persona causante de nuestra ira.

También, somos más libres porque conocemos las consecuencias que tienen esos actos. En el momento que las emociones se apoderan de nosotros, no pensamos en las consecuencias. Hilando con el ejemplo anterior, ¿acaso en el momento que la ira se apodera de nosotros conocemos las consecuencias que esta puede traer?  Según el Dr. McMillan, en su libro “None of These Diseases”, existen más de 50 enfermedades consecuentes de la ira. Como puede ser la hipertensión, un derrame cerebral, una trombosis de la coronaria, dificultades para tragar, nauseas, úlceras gástricas, estreñimiento… Existen un gran número de consecuencias, las cuales en ese momento no conocemos.

Si, habrá gente que diga, pues soy más libre cuando me dejo guiar por mis emociones, porque al fin y al cabo hago lo que quiero. Y yo os respondo. ¿No creéis, que aunque al final sigáis la decisión que vuestros sentimientos os mandaban, es mejor razonarlas primero? Razonarlas, y encontrar las cosas buenas y malas que puede traer cada una?

Por lo cual, mi consejo es que cuando os encontréis con un problema, antes de actuar os preguntéis: -¿Estoy actuando emocionalmente, o coherentemente?

De esta manera, podréis replantearos las soluciones a ese problema y vuestras emociones no os controlarán a vosotros, vosotros las controlareis a ellas.

Para finalizar, me gustaría mencionar la siguiente cita, existente en el libro “Inteligencia emocional” (“Emocional inteligence”) del psicólogo estadounidense Daniel Goleman:

"La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria.”
-        Daniel Goleman.